Semana del 12 al 14 de Septiembre

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Primeras clases. Somos nueve personas en el taller, sin contar nuestros dos profesores. Elegimos una clase para poder trabajar a gusto, sin tarimas ni pizarras que separen profesores de alumnos. Todos como iguales sentados alrededor de una mesa. Nos piden material para hacer esculturas de un tal Oteiza. No nos hacíamos idea lo mucho que íbamos a acabar por conocer a ese Arquitecto-Escultor. Elegimos una primera pieza, de entre tres, y nos pusimos manos a la obra, nunca mejor dicho.


Al poco de empezar nos dimos cuenta de la importancia del material, los útiles y sobre todo, de la proporción y la escala de la figura. Mi primer problema fue que elegí una escala demasiado grande y me di cuenta de que la intención de Oteiza en esa pieza era poderla manejar en la mano, moviendola, para verla desde cualquier ángulo. Luego, me di cuenta de que el material no era del todo adecuado. Había elegido cartón pluma de 3mm de grosor y era demasiado para el equilibrio de la pieza.




Él segundo día cambié a la cartulina para maquetas, pero al ser de 1.5mm aún sobraba. Necesitaba algo más delgado. Intenté la misma pieza de nuevo, pero fallé en las proporciones y no encontré bien el punto de equilibrio.




Por último, decidí hacerla de un tamaño muchísimo más pequeño y con unas ligeras modificaciones con respecto a la original, cerrándola por arriba y cambiando de posición una pieza, para conseguir un espacio más acogedor que, aún con una escala menor, conseguía introducirte dentro.





Aún así, el material seguía siendo demasiado grueso, por lo que para la clase siguiente decidí comprar el mismo, pero con 1mm de grosor.

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